El Cementerio Alegre (en rumano Cimitirul
Vesel) es el camposanto de la aldea de Sapanta, en Rumanía, célebre por las cruces policromas talladas en madera de roble de sus
tumbas con coloridas pinturas ingenuas y epitafios (inscripciones sobre las tumbas, del griego epi "sobre" y taphos "tumba") en verso que describen, de
una manera original, poética y humorística a las personas que están enterradas
allí, así como escenas de sus vidas o la circunstancia de sus muertes.
¿Por qué el nombre de “cementerio
alegre”? Tal vez porque la muerte es aquí tratada con una explosión de colorido y sentido
del humor poco vistos, no con el respeto reverente y luctuoso que la caracteriza en nuestra
cultura, sin el aspecto tétrico y lúgubre de nuestros cementerios carpetovetónicos.
Este cementerio se ha convertido
en una atracción turística desde que Stan Ioan Patras tallara la primera de
estas cruces en 1935. Hoy pueden contemplarse unas 800, que representan a pastores, agricultores, actividades domésticas de hombres y
mujeres, el soldado muerto en la guerra, músicos, borrachos, una niña
atropellada por un camión, y un largo etcétera.
Los epitafios, lejos de inspirar una melancólica
reflexión sobre el fin o el sentido de la vida, son en ocasiones irreverentes
composiciones satíricas que se burlan o del difunto o de la muerte misma. He aquí algunos
ejemplos curiosos que extraigo de la Red:
“Arde
en el infierno, maldito taxi que viniste de Sibiu. Con todo lo grande que es
Rumanía… ¿No pudiste encontrar otro lugar donde pararte? ¿Tuvo que ser frente a
mi casa, para matarme?”.
“Aquí yace mi mujer, fría como siempre”
“Aquí yace mi marido, al fin rígido”.
“Aquí es donde yo descanso, moldavo, Gheorghe
es mi nombre. He trabajado mucho con los caballos mientras estuve vivo y ahora
vienen en un caballo a traer leña para la venta. Me hubiera gustado vivir más
tiempo y no venir aquí, a la pudrición. Dejo este mundo a la edad de 59 años. “
“Y otra cosa que mucho me gustaba era
sentarme al calor de una taberna acompañado de un vaso de vino y una mujer,
siempre que fuera la de otro”.
“Señor, recíbela con la misma alegría con la
que yo te la mando”.
“Ya estás en el paraíso, y yo también”.
“Tanta paz encuentres como tranquilidad me
dejas”
Uno de los más célebres es el de la
suegra, que muestra la fotografía. El parecido de la lengua del texto con el castellano no es casual, como sabéis. Tanto el rumano como el castellano, aunque han recibido otras diversas influencias, proceden de un tronco común que es el latín, lo que explica esta semejanza. No en vano el nombre del país (Romania) procede del nombre de Roma:
Sub aceasta cruce grea
Zace biata soacra-mea
Trei zile de mai traia
Zaceam eu si cetea ea.
Zace biata soacra-mea
Trei zile de mai traia
Zaceam eu si cetea ea.
Bajo esta cruz que pesa
Yace mi pobre suegra,
Tres días de más si vivía
Yacía yo ... y ella leía (el epitafio).
(bajo: sub / cruz: crux, crucis / yace: iacet / mi: mea / suegra: socera / tres: tres / más: magis / de: de / yacía: iacevam / yo: ego / ella: illa / La forma aceasta puede compararse con nuestro castellano viejo "aquesta", y deriva de "eccum ista"; grea, que significa pesada, deriva del latín "grauis", origen de nuestro "grave").
Yace mi pobre suegra,
Tres días de más si vivía
Yacía yo ... y ella leía (el epitafio).
(bajo: sub / cruz: crux, crucis / yace: iacet / mi: mea / suegra: socera / tres: tres / más: magis / de: de / yacía: iacevam / yo: ego / ella: illa / La forma aceasta puede compararse con nuestro castellano viejo "aquesta", y deriva de "eccum ista"; grea, que significa pesada, deriva del latín "grauis", origen de nuestro "grave").
A los más jóvenes no les sonará esta canción de Mecano "No es serio este cementerio", pero merece la pena que la conozcan, por lo original de su temática y el tratamiento que se da al tema de los muertos, muy similar al del Cementerio Alegre de Rumanía, por lo que puede ser la perfecta música de fondo o como si dijéramos la banda sonora de esta entrada: Y los muertos aquí lo pasamos muy bien, entre flores de colores. Y los viernes y tal, si en la fosa no hay plan, nos vestimos y salimos para dar una vuelta sin pasar de la puerta... eso sí, que los muertos aquí es donde tienen que estar, y el cielo por mí se puede esperar.
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