lunes, 7 de enero de 2019

Como Ulises, la mar, la vela y la estrella

“Como Ulises” se titula esta bellísima canción del llorado Javier Krahe del año 2002, que resume a la perfección en los cinco minutos largos que dura el argumento de la Odisea de Homero contado con mucha gracia y buen sentido del humor en impecables octosílabos y rima consonante. Guarda una sopresa al final: añade un pequeño detalle que hace que la canción difiera de la homérica epopeya y nos encontremos ante un final inesperado. Y es que no siempre al final hay un happy end.

Javier Krahe ha sido al decir de muchos el Georges Brassens de la canción española, tales son las similitudes que hay entre uno y otro cantautor. Y hay quien ha llegado a decir incluso, con  exagerado anacronismo pero no sin razón,  la verdad sea dicha, que Brassens era el Javier Krahe de la chanson francesa.
 



No sé cual es más bella, si / la mar, la vela o la estrella, y / las tengo al navegar, / las tengo al navegar, / las tengo al navegar: / la estrella, la vela y la mar.

Yo, como Ulises, he sido / de Penélope el marido, / y me alejé de esa joya / por unirme a Agamenón, / que iba a la guerra de Troya; / me pedía el cuerpo acción.

Y tuve acción, tuve guerra, / ríos de sangre por tierra, / y, entre hecatombes y vino, / Aquiles, casi divino,  / Y el mejor de mis engaños: / un caballo de madera. / Y Aquiles que desespera / y muere. Fueron diez años.

Y me volví para casa, / puse de Ítaca el rumbo, / y ya sabéis lo que pasa, / dando un tumbo y otro tumbo. / Y, ¿qué queréis que uno haga / si al primer tumbo me tumbo / en el lecho de una maga?

Baste deciros que tanto / de Calipso fue el encanto / que me acosté en aquel lecho / un par de años, quizá tres, / y siempre estaba deshecho. / Pero el tiempo es como es.

Y rompe el encanto un día. / Y sigues tu travesía, / resistes a duras penas / cánticos de las sirenas, / y visitas el infierno / donde Aquiles y tu madre, / aunque Cerbero les ladre, / tienen frío,  y es eterno.

Y otra vez de vuelta a casa, / otra vez de Ítaca el rumbo, / y ya sabéis lo que pasa: / doy un tumbo y otro tumbo / y, otra vez mi suerte aciaga, / y, esta vez casi sucumbo / en el lecho de otra maga.

Circe de turbio recuerdo / me quería para cerdo. / Lo fueron mis camaradas, / a mí me salvó algún dios. / Y le afeé sus cerdadas: /"¡Que te zurzan, Circe, adiós!".

Y, al mar, me dicta mi instinto, / al mar, que es un laberinto. / Y sopla un viento contrario / y doy con un sanguinario / cíclope vil, Polifemo. / Aunque me tuvo a su antojo, / era un borracho y un memo. / Le clavé un palo en el ojo.

“Nadie”, gritaba, “me ciega; / Nadie”, gritaba acusica. / "Con Poseidón no se juega". / Y naufrago hacia Nausícaa, / linda princesa feacia, / a quién traté en plan colega / con extrema diplomacia.

Y me alojé en el palacio / de su padre, el rey feacio, / y me contaron mi historia / sin saber que yo era yo, / y en un momento de euforia / mi gloria me descubrió:

“Señores, sí, soy Ulises, / vuelvo de muchos países, / debo seguir navegando, / Ítaca me está esperando”. / Me ofrecieron un navío / y remeros, los mejores. / Y zarpé hacia mis amores, / mi Penélope y el crío.

Ítaca al fin. Veinte años... / Ítaca al fin. ... no son nada: / unos cuantos desengaños / y es el mar, agua pasada. / Me disfracé de mendigo: / vi a Penélope casada /con un antiguo enemigo.

Y ahora soy un exmarido / y un expadre, y he sabido / que guardó un tiempo mi ausencia / bordando que era un primor, / que se agotó su paciencia, / que rompió su bastidor

en uno de sus repentes / y a uno de los pretendientes / parece ser que le dijo: / “Padre serás de mi hijo / y tendremos otros varios. / Ulises, si es que regresa, / se llevará una sorpresa. / Me lo dictan mis ovarios”.

Y ahora, perdido mi rumbo, / ahora voy adonde sea, / un tumbo doy y otro tumbo / y prosigo mi odisea / en otras tristes canciones. / Sólo Hermes y Atenea / comparten mis libaciones.

No sé cual es más bella, si / la mar, la vela o la estrella, y / las tengo al navegar, / las tengo al navegar, / las tengo al navegar: / la estrella, la vela y la mar.




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