Seguimos con el plan lector de 4º de ESO, y dedicamos esta vez
el poema objeto de nuestra lectura, que es un soneto para no
variar, al titán Prometeo. El poema lo escribió don Miguel de Unamuno, uno de
nuestros filósofos y escritores más importantes de la generación del 98,
y, aunque no se cita en él el nombre propio de Prometeo, este está
latente en la primera persona que utiliza el poeta para hablar de su agonía.
Tenéis que tener cuidado con esta palabra "agonía" que tanto utiliza Unamuno,
porque la emplea con el significado etimológico griego de "lucha".
(Una de sus obras más importantes se titula La agonía del cristianismo, donde
la palabra tiene ese sentido).
Prometeo
había creado a la humanidad y como su
benefactor que era le regaló el fuego, símbolo de la civilización,
después de robárselo a los dioses. Zeus castigó al género humano, hasta
entonces constituido
sólo por el sexo masculino, enviándole a Pandora (su nombre significa todo-regalo), la primera mujer, que
equivale a la Eva de la mitología judeo-cristiana, que abrió la famosa
caja -en realidad tinaja- que contenía en su interior todos los males a excepción de la
Esperanza, que por eso se dice que es lo último que se pierde y lo único
que a veces nos queda, sembrando con ellos la
Tierra.
Pero el soberano del Olimpo también castigó al rebelde Prometeo por su desobediencia encadenándolo a una roca del Cáucaso, y haciendo que un águila (o un buitre carroñero, según la versión que recoge Unamuno) le devorara el hígado, que se le regeneraba -y el hígado es nuestro único órgano que al parecer se regenera- para volver a ser devorado al día siguiente en una interminable sucesión de días y de noches.
Pero el soberano del Olimpo también castigó al rebelde Prometeo por su desobediencia encadenándolo a una roca del Cáucaso, y haciendo que un águila (o un buitre carroñero, según la versión que recoge Unamuno) le devorara el hígado, que se le regeneraba -y el hígado es nuestro único órgano que al parecer se regenera- para volver a ser devorado al día siguiente en una interminable sucesión de días y de noches.
Este buitre voraz de
ceño torvo (1),
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero,
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero,
labra mis penas con
su pico corvo.
El día que le toque
el postrer (2) sorbo
apurar de mi negra sangre quiero
que me dejéis con él, solo y señero (3),
un momento, sin nadie como estorbo.
apurar de mi negra sangre quiero
que me dejéis con él, solo y señero (3),
un momento, sin nadie como estorbo.
Pues quiero, triunfo
haciendo mi agonía (4),
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría
mirada al ver la suerte
que le amaga (5)
sin esta presa que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.
sin esta presa que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.
(1) torvo: Dicho
especialmente de la mirada: Fiera, espantosa, airada y terrible a la vista.
(2) postrer: (Apócope de
postrero): Último en una lista o serie.
(3) señero: Solo, solitario,
separado de toda compañía.
(4) agonía: (En Unamuno)
Lucha, contienda.
(5) amagar: Mostrar intención
o disposición de hacer algo próxima o inmediatamente. Estar próximo a
sobrevenir.
En
el soneto de Unamuno, el poeta
habla de su sufrimiento, un sufrimiento encarnado en el buitre que le
"devora las entrañas fiero" y que es su "único compañero".
El buitre, según la leyenda, devora las entrañas del titán Prometeo, que
se le
regeneran para volver a ser devoradas interminablemente, como hemos
dicho. De
alguna manera el buitre es insaciable. ¿Qué sucederá con el buitre si
Prometeo, o Unamuno, el poeta, que es su alimento, muere? ¿Moriría
también su dolor, su sufrimiento, su
agonía? ¿Qué os parece? ¿Qué significa "triunfo haciendo mi agonía"?
Espero, como de costumbre, vuestros comentarios.
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