Faetonte: Así ilustró Pablo Picasso la caída de Faetonte (o Faetón) con el carro del Sol. Recordemos que Faetón (o Faetonte) era hijo de Helios, pero había llegado a la adolescencia sin conocer a su padre. Cuando le revelaron su identidad, le pidió al dios que le dejara conducir el carro solar que llevaba la luz cada día a la Tierra. Su padre, que se sentía culpable por haberlo tenido tanto tiempo apartado de sí, se lo concedió imprudentemente. Los caballos se desbocaron y abandonaron su consabido recorrido. Zeus, antes de que desapareciera la vida de la faz del planeta, fulminó al auriga, cuya muerte fue llorada por las ninfas del río Erídano y por sus hermanas las Helíades, que acabaron transformadas en los álamos que crecen a las orillas de los ríos, y sus lágrimas convertidas en gotas de ámbar.
Aracne: Aracne era una experta tejedora que retó a la diosa Atenea (la Minerva romana) a bordar un tapiz. El tapiz de la diosa mostraba los castigos que habían recibido los mortales que habían retado a los dioses; el tapiz de Aracne, sin embargo, mostraba las metamorfois en cisne y en toro de Júpiter (el Zeus griego) para seducir a diosas y mujeres, lo que irritó tanto a la diosa que decidió convertir a la joven en una araña, condenada a tejer eternamente. Este tema lo trató magistralmente Velázquez en su cuadro Las Hilanderas. Así lo reflejó Picasso, que nos muestra a Aracne, orgullosa, mostrando uno de sus bordados.
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