jueves, 27 de septiembre de 2018

De muertos que matan

Hay un trímetro yámbico, concretamente el 886, de Las Coéforas o Las portadoras de libaciones fúnebres de Ésquilo, enigmático por la paradoja que encierra, que el mayordomo de palacio le dice a la reina Clitemnestra: 

  τὸν ζῶντα καίνειν τοὺς τεθνηκότας λέγω.
 ¡Al vivo, digo, los difuntos muerte dan!



Clitemenestra entiende enseguida su significado: Egisto, su cómplice con el que había matado a su esposo Agamenón a su regreso de la guerra de Troya, su amante que hasta ese momento había vivido impunemente en palacio a su lado, ha sido asesinado al fin por el príncipe Orestes, que se había hecho pasar por muerto para ejecutar su venganza. Pero el criado ha dicho "los difuntos" en plural, refiriéndose al rey asesinado y a su hijo varón Orestes, su brazo ejecutor. Clitemnestra exclama:

οἲ 'γώ. ξυνῆκα τοὔπος ἐξ αἰνιγμάτων. 
Ay de mí, ya veo lo que ese enigma significa.

Orestes mata a Egisto y a Clitemnestra, Bernardo Mei (1612-1676)

A buen entendedor, pocas palabras bastan: van a matarte, Clitemnestra, a ti también: tu propio hijo y, a través de él, tu esposo asesinado.

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