¿En qué estaría pensando la
señora Ministra de cuyo nombre no quiero acordarme cuando, en lugar de referirse a la derecha tripartita española
actual como tricéfala
(τρικέφαλος, en la lengua de Homero), evocando así en un alarde de cultura clásica la figura mítica del Cancerbero o
portero del infierno, que ladraba con tríplice ladrido por sus tres fauces, o al gigantesco monstruo Gerión, si no era Geriones
-pues no se sabe si eran tres monstruos, o uno triple, por lo que su nombre propio oscila entre el número singular y el plural-, al que mató Heraclés, el
héroe griego por excelencia en uno de sus doce trabajos, se refirió a la triple
alianza como trifálica (τριφαλλικός), queriendo decir, supongo, "tricefálica", abreviando la palabra en una sílaba, inventando de paso y sin querer un nuevo helenismo o término de factura griega que aludía a las verijas de los tres cabecillas visibles de la alianza?
Can Cérbero o Cancerbero, el portero de la mansión de Hades.
¿Erró su Señoría el tiro y confundió la cabeza de las tres derechas con la picha, como se
dice vulgarmente en castellano, tal como le dio a entender la periodista que le
hacía la entrevista? ¿O creó adrede la Ministra de Justicia del Gobierno de
España este neologismo y helenismo flagrante de nuevo cuño, no incluido todavía en
ninguno de los diccionarios al uso, para denunciar el exceso de testosterona de los líderes de la coalición de derechas, como
reconoció al poco rato cuando la entrevistadora hizo que recapacitara sobre lo
que acababa de decir? ¿No traicionaría, jugándole una mala pasada, el subconsciente freudiano a la Ministra?
El término τριφαλλικός no figura, en efecto, hasta ahora en ningún diccionario ni repertorio léxico griego, salvo en el latino el epíteto Triphallus para referirse al dios Príapo que a menudo se representa no con tres falos, como podría parecer a simple vista, sino con uno erecto que vale como tres, esto es, del tamaño de tres ordinarios, o el personaje de una comedia prácticamente perdida de Aristófanes, que se llamaba Trifales (Τριφάλης), dotado de un pene de tamaño considerable. Encontramos, sin embargo, en los diccionarios griegos el
adjetivo φαλλικός, que se define como concerniente al falo, y también el compuesto ἰθυφάλλικος, relativo a los cánticos y danzas
itifálicas, que se ejecutaban durante las bacanales en honor de Dioniso, en las que los falóforos
portaban un falo en erección, que eso es lo que significa en griego la palabra,
como recoge el Diccionario de la Lengua Española de la RAE: itifálico: adjetivo
culto: Que tiene el falo erecto.
Sátiro itifálico
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