martes, 9 de octubre de 2018

NON SVM VNI ANGVLO NATVS, PATRIA MEA TOTVS HIC MVNDVS EST

Suele citarse a menudo la frase que le escribe Séneca a su amigo Lucilio en la carta número 28 de su amplia correspondencia: patria mea totus hic mundus est. Apenas necesita traducción, salvo quizá el adjetivo demostrativo “hic”, que quiere decir “este, precisamente este mismo que señalo con el dedo”: mi patria es todo este mundo, o este mundo entero. Sin embargo no suele citarse la frase anterior, no poco significativa, que dice: non sum uni angulo natus: no he nacido para un solo rincón. Es importante resaltar la expresión uni angulo que no es un ablativo con valor locativo, como podría parecer a primera y simple vista, ya que en ese caso tendría que ser uno angulo, sino un dativo (como revela la forma uni) de finalidad. 
 
Torre de Séneca en Córcega, Carl Hummel (1870)
 
Séneca, el filósofo cordobés, recoge así el cosmopolitismo de Diógenes de Sinope que, preguntado por su nacionalidad, respondió inventando un neologismo κοσμοπολίτης, ciudadano del mundo, lo que quería decir, de ninguna ciudad, de ninguna nación, de ningún Estado, o, lo que es lo mismo, de cualquiera.

No he nacido, pues, le viene a decir Séneca a su amigo para aferrarme a un único lugar del mundo como si fuera un clavo ardiente, como si no existieran otros lugares. Tampoco he nacido para echar raíces allí donde casualmente vine al mundo como si fuera un vegetal. No he sido dado a luz tampoco para identificarme con mi lugar de nacimiento, ni con ninguna tierra patria, sino para, a buen entendedor pocas palabras, rebelarme precisamente contra esa pretensión que quiere reducirme a la condición de un producto de la sociedad de consumo con denominación de origen controlada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario