viernes, 14 de enero de 2011

La asamblea de las mujeres o Las asambleístas


El 22 de marzo tendremos la oportunidad de asistir a la representación de la comedia de Aristófanes "La asamblea de las mujeres" o "Las asambleístas" en el palacio de festivales de Santander. Ya han llegado los libros al instituto, y se han empezado a distribuir. Pronto los tendréis, si no los habéis recibido ya. Conviene que leáis previamente la obra para poder disfrutar más de ella cuando la veáis sobre las tablas. Y para disfrutar de su lectura, es preciso tener en cuenta un poco su contexto histórico.


Estamos en Atenas, en el año 392 antes de Cristo. El sistema político vigente, inventado por los griegos, es la democracia, palabra griega, por supuesto, que significa, como se sabe: gobierno del pueblo. Pericles consolidó el dominio del pueblo soberano en Atenas, creando por primera vez en la historia universal la democracia. Pero no es una democracia parlamentaria como la española o cualesquiera de las democracias modernas, sino una democracia directa. La democracia moderna es una democracia indirecta y representativa: el poder proviene del pueblo, que manifiesta su voluntad mediante el voto, pero el gobierno lo ejerce un consejo de ministros bajo el control de un parlamento. En Atenas, por el contrario, la democracia se encarna en la asamblea popular.

Los ciudadanos votaban directamente a mano alzada las cuestiones, sin elegir representantes que decidieran por ellos. Sin embargo, sin embargo, sólo podían votar los hombres libres hijos de padre y madre atenienses. Las mujeres, los esclavos y los extranjeros no tenían voz ni voto en las cuestiones políticas, por lo que estaban excluidos de la asamblea.



En este contexto histórico, Aristófanes crea un personaje femenino, Praxágora, que va a plantear a las demás mujeres atenienses una revolución: que acudan vestidas de hombres y con barbas postizas a la asamblea, donde va a proponer unas leyes que van a ser aprobadas gracias a sus votos. Por primera vez se plantea en la literatura la idea del comunismo: que no haya propiedad privada, que todos los bienes sean comunes, y por lo tanto no haya ni ricos ni pobres. La idea del comunismo se extenderá también a las relaciones amorosas, lo que provocará numerosas situaciones cómicas.

Notaréis en la lectura de la obra que Aristófanes es bastante misógino (ya sabéis, seguimos hablando en griego: misógino es el que odia a las mujeres) y hace chistes machistas, lo que era muy típico en su época. No es por eso por lo que nos interesa ahora, sino porque planteó por primera vez, dos mil años antes que Marx y Bakunin y medio en bromas medio en serio, una sociedad igualitaria y libertaria donde se cumple el viejo lema latino: omnia sint communia: que todas las cosas sean comunes.

Espero vuestras opiniones, críticas y comentarios sobre La Asamblea cuando la hayáis leído: si os ha gustado o no, qué es lo que más y lo que menos, si la problemática que plantea sigue vigente hoy en día, en fin lo que se os ocurra. No voy a pediros que me lo entreguéis en papel, vamos a ahorrarnos tala de árboles. Me gustaría que lo escribiérais aquí abajo, en la sección de comentarios. Es muy fácil. Apretáis, cuando queráis, la pestaña donde pone "comentarios", se abre una ventana en blanco y allí podéis escribir lo que queráis, que saldrá publicado inmediatamente en el blog para que lo leamos los demás. Así de fácil.