LA RED: La
metáfora de la Red: no es que estemos envueltos en una Red de redes, sino que
nosotros mismos desempeñamos el papel de arañas que tejen dicha red y urdimos dicha
telaraña: somos nuestra víctima y verdugo a la vez. La Red nos ha convertido, mal que nos pese, a todos sus usuarios en
colaboradores activos, es decir, en arácnidos tejedores de su entramado. Ese es
el éxito de su función y nuestro fracaso.
POR TU PROPIO
BIEN: Lo más inmoral que hay: hacerle mal a alguien, como hace el proceso de
educación con las tiernas criaturas infantiles, y tratar de convencerlo de que
es por su propio bien. La escuela nos formatea para que creamos que nos han
hecho un bien cuando nos han infligido el peor de los males posibles, un lavado
cerebral promovido por los tres poderes del Estado moderno: legislativo,
ejecutivo y judicial, “para que aprendas”.
SOCIALIZACIÓN: Los
defensores de la escolarización obligatoria esgrimen como principal argumento para justificar su existencia el de la
socialización. Si hay que elegir una sola razón que acredite la existencia de
la escuela obligatoria, sería esta: nos sociabiliza. Vamos a dejarnos de cuentos, porque ni nos educa ni nos enseña en condiciones. Examinémoslo. Se trata de una mentira
interesada. ¿Es que acaso los niños griegos y romanos de la antigüedad, o los
niños de la Edad Media o los de la prehistoria no se sociabilizaban, como dicen ellos, y establecían
vínculos no sólo con los compañeros de su edad sino también con todo tipo de
personas? ¿Por qué la escuela obliga a los niños a relacionarse sólo con compañeros de su edad bajo la atenta mirada vigilante de los
adultos? ¿Un niño acaso no se socializa y sociabiliza en casa, en la calle, en
la familia, fuera de la reclusión del recinto escolar que cada vez se parece
más a un campo de concentración?
LAVADO DE CEREBRO:
La existencia de sectas minoritarias que “comen el coco” a los niños y
adolescentes, o la práctica del lavado de cerebro -brainwashing, según el término de Edward Hunter- en la China comunista de la
época de Mao, nos distraen del lavado cerebral y comedura de tarro más efectiva que nunca haya
existido, que es lo que realiza el Estado aquí y ahora a escala multinacional y planetaria a
través de los medios de conformación de masas y la educación obligatoria, dos
maldiciones que pretenden que veamos como bendiciones y adelantos, “para que
estemos in-formados”, es decir, con-formados, con-formistas y con-formes.
LA MENTIRA DE LA
HISTORIA: Vemos la locura y los horrores de otras épocas pasadas y nos
consolamos pensando que son Historia, que son agua pasada, cosas que ya no pasan. No somos capaces de ver la locura y los horrores de nuestra época.
Vemos por ejemplo la represión sexual de la era victoriana, o el holocausto
de los judíos perpetrado por los nazis y no vemos la represión general,
integral, y el holocausto que nos consume a todos en la nuestra, que es la
única época que hay, por cierto, porque las otras épocas están todas metidas
dentro de esta.
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