viernes, 17 de agosto de 2012

Thermae Romae, Termas de Roma (y II)

Conviene dejar dicho desde un primer momento que la única diferencia o, por lo menos, la más importante entre un manga ("manga" por cierto en japonés no quiere decir más que "imágenes caprichosas o garabatos", y, fuera de Japón, cómic o, mejor dicho, historieta japonesa)  y una historieta occidental, es que el manga se lee... al revés. Esto, dicho así, resulta un tanto extraño al principio, sobre todo si se cree erróneamente que lo que caracteriza al manga japonés es un tipo de dibujo aniñado e infantiloide del estilo de los dibujos animados "Heidi", es decir, engendros de la factoría de Disney con rasgos orientales... Nada más lejos de la realidad. Desechemos este tópico. En realidad, se trata de una característica de la cultura japonesa que ha permanecido hasta hoy.

En el País del Sol Naciente la escritura procede de derecha a izquierda, al revés que la nuestra occidental y latina, por lo que los libros, revistas y periódicos japoneses se leen en ese sentido, al revés que nosotros. En efecto, si queremos leer un libro nipón hay que empezar por el final. Nuestra última página es la primera suya. Y al abrir un libro por la mitad, comenzamos la lectura por la página de la derecha o par, para seguir a continuación por la de la izquierda o impar, inversamente a nosotros. Es, dicho de otra manera, como si leyéramos un periódico empezando por la última página en vez de por la primera.

Las viñetas, por lo tanto, se leen también de derecha a izquierda, y los bocadillos -lo que dicen los personajes- deben leerse también en ese orden: en primer lugar lo que está a la derecha y después lo que está a la izquierda. Por decirlo gráficamente, los occidentales leemos una historieta del siguiente modo: primero vemos la viñeta superior izquierda (I), después la superior de la derecha (II), volvemos luego la vista a la inferior izquierda (III) y finalmente a la inferior derecha (IV) :

Mientras que los japoneses leen un manga de derecha a izquierda, así:











Si tomamos ahora una página cualquiera del manga Thermae Romae (Termas de Roma) de Mari Yamazaki, de la edición inglesa -española no la hay todavía desgraciadamente-, por ejemplo, la siguiente entrevista entre el emperador Adriano y el arquitecto Lucio Modesto  -notad entre paréntesis que los personajes tienen rasgos occidentales, como decíamos el otro día-, y reparamos en la última viñeta, es decir, la de la parte inferior izquierda, debemos leer en primer lugar el bocadillo de la derecha, que dice en la lengua del Imperio: "Engineer Lucius, come with me", y a continuación la respuesta del ingeniero Lucio Modesto, que es la de la izquierda: "Yes, coming right away!". Parece muy complicado pero es sólo cuestión de  práctica, como casi todo: usus magister est optimus.





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