Faun es un grupo alemán de
música folk pagana, como ellos mismos se denominan, que echa sus raíces en la música de la Edad Media europea. Fue fundado en 2002, y su originalidad radica en su estilo, que
utiliza instrumentos antiguos como el arpa, la zanfona, la gaita, la cítaras o
las flautas, y en el canto, al que da gran
importancia cuidando mucho las voces. Cantan
en varios idiomas, como el alemán, su lengua madre, y sus diferentes dialectos, islandés, latín, castellano, gallego-portugués e inglés, entre otros.
El nombre de la banda remonta al
dios romano Fauno, un espíritu del bosque, lo que pone de relieve la pretensión
del grupo de estar en comunión con la naturaleza. Hasta la fecha han
publicado 7 álbumes, el último Von den Elben en 2013.
El tema que os propongo
escuchar Lupercalia pertenece a su álbum Eden, de 2011. La letra, cantada en latín, es muy sencilla.
Lupercalia Lupercales
Ipse deus velox El propio dios, veloz,
discurrere gaudet disfruta corriendo
in altis montibus, en las altas montañas,
et subitas concipit ipse fugas. y él mismo se da a repentina fuga.
discurrere gaudet disfruta corriendo
in altis montibus, en las altas montañas,
et subitas concipit ipse fugas. y él mismo se da a repentina fuga.
Ipse deus nudus El propio dios, desnudo,
nudos iubet ire ministros; desnudos ordena ir a sus sirvientes;
nec satis ad cursus ninguna prenda para la carrera
commoda vestis erit. será lo bastante apropiada.
Nota que la palabra minister, que aparece en la letra de la canción, está formada en latín sobre el adverbio minus, que quiere decir "menos", y que es por lo tanto el antónimo de magister, formada sobre "magis", que es "más", su contrario. Magister, que es el origen de maestro y de magisterio, significaba el que tiene más consideración e importancia, mientras que minister que da lugar a nuestro ministro y ministerio, quería decir el que tiene menos importancia o relevancia social, y se traduce de hecho por sirviente, servidor, esclavo. ¡Qué cambio se ha producido en nuestra sociedad donde las cosas son exactamente al revés, y los más envidiados y mejor pagados son los ministros, y los peor remunerados y considerados los maestros!
Las Lupercales eran unas fiestas
que se celebraban el 15 de febrero en la antigua Roma en honor del dios Fauno
Luperco. Fauno parece haber sido un
antiguo dios romano, que fue identificado enseguida con el griego Pan. Se llegó a
creer que Fauno había sido un rey legendario del Lacio, un personaje histórico anterior a la llegada de los
troyanos. En época clásica su nombre propio, de número exclusivamente singular, se convierte en nombre común y adopta el plural. Se diría que el
dios se multiplica, y de ser único pasa a ser varios, y aun muchos: los faunos, unos genios silvestres y campesinos, compañeros de los pastores, y equivalentes de
los sátiros griegos, con los que se identifican enseguida. Igual que estos, su
naturaleza era híbrida: mitad hombre y mitad macho cabrío; tienen cuernos y con
frecuencia pezuñas de cabra.
Los lupercos o amigos del lobo,
como revela su nombre, derivado de lupus,
eran una cofradía romana formada por jóvenes que llegada esa fecha
sacrificaban una cabra y cortaban su piel en tiras llamadas februa (origen del nombre del mes de febrero). Acto
seguido se desnudaban y comenzaban a dar vueltas en torno al monte Palatino flagelando
a todas las mujeres que encontraban a su paso con correas de cuero fresco. Se
creía que esta flagelación atraía la fecundidad sobre las víctimas, constituyendo un rito de fertilidad que se relaciona de
alguna manera con la fundación de Roma, ya que una loba había amamantado, según
la leyenda, a Rómulo y Remo.
Cicerón ha inmortalizado el episodio en el que Marco Antonio, en las lupercales del año 44 antes de Cristo, poco antes de las fatídicas idus de marzo en que sería asesinado el dictador, le ofreció a César una corona real, que éste rechazó, anécdota que William Shakespeare recoge en su tragedia Julio César. Cicerón al comienzo de su tercera filípica o discurso contra Marco Antonio, nos describe al joven luperco con tres pinceladas: nudus, unctus y ebrius: desnudo, ungido de aceite y borracho.
Cicerón ha inmortalizado el episodio en el que Marco Antonio, en las lupercales del año 44 antes de Cristo, poco antes de las fatídicas idus de marzo en que sería asesinado el dictador, le ofreció a César una corona real, que éste rechazó, anécdota que William Shakespeare recoge en su tragedia Julio César. Cicerón al comienzo de su tercera filípica o discurso contra Marco Antonio, nos describe al joven luperco con tres pinceladas: nudus, unctus y ebrius: desnudo, ungido de aceite y borracho.
Nec vero M. Antonium consulem
post Lupercalia debuistis putare; quo enim ille die, populo Romano inspectante,
nudus, unctus, ebrius est contionatus et
id egit, ut collegae diadema imponeret,
eo die se non modo consulatu, sed etiam
libertate abdicauit.
Vosotros mismos no debisteis creer que M. Antonio era cónsul después de las Lupercales; aquel día, en efecto, éste, a la vista del pueblo romano, desnudo, ungido el cuerpo de aceite, ebrio, arengó a la multitud e hizo como que ponía una corona real a su colega, aquel día no sólo abdicó del consulado, sino también de la libertad.
Vosotros mismos no debisteis creer que M. Antonio era cónsul después de las Lupercales; aquel día, en efecto, éste, a la vista del pueblo romano, desnudo, ungido el cuerpo de aceite, ebrio, arengó a la multitud e hizo como que ponía una corona real a su colega, aquel día no sólo abdicó del consulado, sino también de la libertad.
Lupercalia de Conrad Dressler (1856-1940)
El papa Gelasio I condenó y
prohibió esta fiesta en el año 494. La iglesia la sustituyó por
San Valentín, que se celebra el 14 de febrero, fecha en la que
habría muerto en el año 270, martirizado, el sacerdote cristiano. Valentín, en efecto, unía en cristiano matrimonio a los jóvenes soldados contra las órdenes del emperador Claudio II, que prefería que sus hombres no tuvieran vínculos familiares que les impidieran dedicarse más de lleno al ejército. Con el tiempo, el santo casamentero sería convertido en el patrón de los enamorados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario