lunes, 2 de junio de 2014

Lectura de una imagen de Edipo



Un óleo del artista norteamericano Bob Dob para la cubierta de un CD del grupo de rock  Oedipus representa a Edipo como un bebé. Bob Dob declara en su página web que le gusta crear mundos en los que esté presente el lado oscuro de la naturaleza humana. Quizá por eso este Edipo lleva una corona de rey en cuyas puntas destacan tres calaveras, como si quisiera dar a entender así que el regio poder de la monarquía que encarna Edipo se fundamenta sobre la muerte, el asesinato de su padre, en primer lugar, y la muerte de sus conciudadanos víctimas de la peste enviada a Tebas por los dioses como castigo divino. 

El bebé tiene ya los ojos horadados, lo que anticipa su futuro: el niño, en efecto,  llegará con el paso del tiempo a ser rey y, cuando descubra que ha matado a su padre y se ha acostado con su madre, se arrancará los ojos. Considera que su crimen es de tal tamaño que la muerte sería una solución muy fácil, por lo que ha de seguir viviendo y sufriendo para pagar por lo que ha hecho, pero ya no verá nunca más la luz del sol.  

La caracterización de Edipo como un bebé se debe tal vez a la imposibilidad de cambiar el destino, el fatídico sino o hado fatal, valga la redundancia, que determinó su vida. 

Sobre la corona real hay un signo de interrogación, lo que puede simbolizar la propia ignorancia de Edipo, que no es consciente de que la profecía del oráculo se ha cumplido ya. 

Los ojos arrancados de sus cuencas, caídos y ensangrentados por el suelo,  reflejan la ceguera de Edipo: ha estado ciego todo el tiempo. La ceguera simboliza su ignorancia. Edipo sabe que ha matado a un hombre y sabe que se ha casado con una mujer que, por su edad, podría ser su madre, pero no ve que ese hombre que ha matado y esa mujer a la que le ha hecho cuatro hijos son su padre y su madre. 

La calavera en el suelo simboliza la muerte del rey Layo. El cuervo en la mano de Edipo niño significa probablemente la mala suerte de su aciago destino: los cuervos tradicionalmente han sido siempre pájaros de mal agüero que traen mala fortuna, y Edipo ha nacido bajo un mal sino. 

El bastón en su mano derecha probablemente alude al enigma que le planteó la Esfinge de Tebas y que él resolvió: el ser que andaba a cuatro, dos y tres patas sucesivamente era el hombre, es decir, él mismo: el niño que gatea, el hombre que se sostiene sobre sus dos piernas,  y el anciano que se apoya en el bastón, bastón que evoca también su ceguera como compañero de su vejez hasta su muerte en Colono. 

El lúgubre colorido y el lóbrego escenario (el único signo de vida vegetal es un árbol muerto) corroboran la fatalidad del trágico destino de Edipo.


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