martes, 15 de octubre de 2019

SIC SEMPER TYRANNIS

En el escudo del estado norteamericano de Virginia aparece el lema latino SIC SEMPER TYRANNIS,  que significa "así siempre a los tiranos", y una alegoría de la virtud como mujer que está pisando el cadáver de un dictador romano que podría muy bien ser Julio César empuñando unas cadenas rotas, cuya corona real yace por el suelo. La mujer, pecho descubierto cual amazona, enarbola una lanza, casco guerrero en la cabeza al modo de Minerva/Atenea y una espada envainada en la izquierda. La virtud ha derrotado a la tiranía, en este caso a una dictadura monárquica. Virginia sería el estado emergente de la colonia británica, y el tirano sería la Gran Bretaña.



En la parte superior figura el nombre de Virginia, que da nombre al Estado (Commonwealth of Virginia). Podría parecer que también era el nombre de la mujer que pisa el cuerpo del tirano, pero el nombre del Estado se debe a la reina Isabel I de Inglaterra, que al no haber contraído matrimonio era conocida como la reina virgen (regina uirginea/uirginia). La mujer que pisotea al tirano no es tal mujer, sino una alegoría femenina de la "uirtus" o virtud. 



La muerte de César, Vincenzo Camuccini (1798)

La frase latina se le ha atribuido a Marco Junio Bruto sin más fundamento que el efecto dramático. La pronunciaría en el momento de acuchillar a Julio César, quien a su vez le diría ¿Tú también, Bruto, hijo mío?, dándole a entender que era su padre,  en las fatídicas idus de marzo del año 44 antes de Cristo, significando que eso -la muerte- es lo que se debe dárseles a los dictadores como sin duda llegó a ser Julio César.  Se considera que es una abreviación de "sic semper euello mortem tyrannis", que literalmente signfica: así siempre les arranco la muerte a los tiranos, pero dicha frase no aparece en ninguna de las fuentes clásicas por lo poco que a mí se me alcanza ni, desde luego, en las biografías de Julio César, Plutarco,  Suetonio o Tácito. 

El concepto de tiranicidio, es decir, de dar muerte al tirano procede de la Grecia clásica, y tiene como ilustres referentes a los tiranicidas Harmodio y Aristogitón, de los que hablamos aquí.

El lema latino ha sido utilizado en los Estados Unidos de América para acusar a los gobernantes de tiranía, así por ejemplo el asesino del presidente Abraham Lincoln la proferiría después de descerrajarle un disparo que le provocaría pocas horas después la muerte.

La frase como tal no aparece en ninguna fuente clásica grecolatina, ni en su forma abreviada ni en su forma completa. Sin embargo, se halla en Tucídides, libro VI, 89, 4, de la Historia de la Guerra del Peloponeso, una declaración que el historiador pone en boca de Alcibíades en su discurso ante la asamblea de Esparta: τοῖς γὰρ τυράννοις αἰεί ποτε διάφοροί ἐσμεν, lo que viene a ser "Pues siempre hemos sido contrarios a los tiranos", lo que en versión latina  del griego de Tucídides fue "semper enim tyrannis fuimus infesti", y ese podría muy bien ser el origen de la frase. 

En todo caso, cabe plantearse si la muerte del dictador/tirano supone el fin de la dictadura/tiranía. El refrán popular de "muerto el perro, se acabó la rabia" parece que lo atestigua, pues da a entender que una vez eliminada la causa o el factor que lo produce, desaparece el efecto o problema mismo, que en este caso sería la dictadura. Pero sería una ingenuidad pensar que el refranero da voz a la razón común, pues la mayoría de los refranes son bastante particulares en el sentido de que expresan opiniones personales, y no razonamientos. Los hay, además, para todos los gustos como "al que madruga Dios lo ayuda" pero "no por mucho madrugar amanece más temprano". No es cierto que muerto el gobernante muera el gobierno, o que muerto el dictador se acabe la dictadura, porque entre una cosa y otra no hay una relación de causa a efecto, sino de concomitancia: el dictador no es el causante de la dictadura, sino un síntoma o efecto de ella, porque la dictadura no es otra cosa más que un abuso de poder, y el abuso no deja de ser una consecuencia lógica del uso.
 

4 comentarios:

  1. Siempre aprendiendo contigo, Guillermo. Gracias por seguir al pie del cañón.

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  2. Pues sí, al pie del cañón, aunque ya con poca munición. Gracias a ti por pasarte por aquí, Severina. Un abrazo.

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  3. Gracias por la explicación. Muy clara!! Tengo que hacer un trabajo para una materia y debo escribir acerca del origen de la frase

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