sábado, 31 de mayo de 2014

Oedipus motherfucker



Mervyn "Skip" Williamson (1944-...) es un dibujante norteamericano, padre fundador y figura central del comic underground, conocido por ser uno de los artistas más políticos y satíricos dentro de esta corriente.  A propósito de Edipo (Oedipus en inglés, como en latín),  publicó esta ocurrente viñeta:


Oedipus is a mother fucker: Si alguien en la lengua del Imperio llama a alguien, generalmente a un hombre “motherfucker”,  lo está poniendo de vuelta y media al insultarlo de una forma brutal. Es una expresión grosera (ya que le recuerda a uno a su madre, y contiene un término tabú y malsonante como “fucker”, que evoca la realización del acto sexual),  usada como vulgarismo sobre todo por hablantes y escritores estadounidenses, y en el ámbito de influencia mundial del inglés americano.  En México se dice, tal vez por la vecindad yanqui, algo parecido: “chingatumadre”.

En español peninsular, sin embargo, no tenemos una expresión equivalente. Si quisiéramos traducir literalmente “motherfucker” al castellano (en latín sería "matris fututor"), el resultado no tendría la fuerza expresiva del original; y si lo hiciéramos libre- y aproximativamente, como deben traducirse las expresiones idiomáticas, tendríamos que recurrir a nuestro repertorio habitual de insultos, y quizá el más parecido por su contundente brutalidad fuera “hijo de puta” o "hideputa",  como leemos en Cervantes; pero nuestro insulto castellano atenta contra la sacrosanta figura materna, a la que se tacha de prostituta, poniendo el acento, por así decirlo, sobre el comportamiento sexual femenino; otros insultos equivalentes, que atacarían directamente la conducta del hombre, serían "cabrón", dicho del que tolera el adulerio de su mujer, o "maricón", homosexual despectivamente dicho, pero ninguno de los dos equivale semánticamente a “motherfucker”, que pone el énfasis sobre el propio hijo que, transgrediendo el tabú del incesto y no superando el complejo freudiano de Edipo, viola el claustro materno del que ha nacido. De ahí la gracia de la ocurrencia del dibujo de Skip Williamson, que, por cierto, se ha popularizado como lema de camiseta: Edipo sería el auténtico y original motherfucker.




domingo, 25 de mayo de 2014

Nuevas viñetas de Montt

(comitatus -us: comité, grupo / sapientium: de sabios, de expertos
alium comitatum: a otro comité, grupo / interrogavit: preguntó /
 quid: qué / "comitatus sapientium": "un comité/grupo de sabios/expertos" /  esset: era)

Buena pregunta donde las haya,  la pregunta socrática por excelencia que todos nos hacemos alguna vez a lo largo y ancho de nuestra vida: ¿Qué es? He ahí el quid, nunca mejor dicho, de la cuestión.  En efecto, ¿qué es un comité de expertos? ¿qué es la balanza de pagos? ¿qué es la prima de riesgo? ¿qué es el producto interior bruto? ¿Qué es Europa? ¿Qué es España? ¿Qué es esa jerga política, en realidad económica, que no puede traducirse al lenguaje corriente y moliente de la gente porque no la entienden ni los propios políticos y/o economistas que la manejan, aunque en realidad ella los maneja a ellos? Por cierto, no hay en una lengua tan antigua y supuestamente muerta como el latín -pero no hay lenguas muertas, sino cerebros anestesiados- una expresión equivalente a “grupo de expertos” o “comité de sabios” ni nada por el estilo, lo que debería hacernos pensar un poco ¿no?

oOo

 
(Quid?: ¿Qué?)



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(retia socialia: redes sociales /
tristissimus: muy triste / quod: porque /
pater meus: mi padre / mortuus est: acaba de fallecer /
mihi placet: me gusta)

La proliferación de las llamadas redes sociales como Facebook, MySpace o Tuenti responde a un fenómeno de frivolización de las relaciones humanas, cada vez más virtuales y cada vez menos reales, que hace un uso demasiado generoso de las palabras "amigo" y "contacto", que ha perdido ya toda su carnalidad y contingencia táctil. Estas páginas, rivalizando con las pornográficas de la Red, han roto ya desde hace años por primera vez la hegemonía de las primeras, con Facebook y Myspace a la cabeza (Tuenti en España).
 

Lejos de convertir el mundo en un lugar sin fronteras para el amor y la amistad, las susodichas redes están aireando los trapos sucios de nuestras intimidades: fotografías privadas, direcciones de correo electrónico, datos personales, cumpleaños y gustos propios, que navegan con imprudencia y son utilizados por empresas con afán de lucro, fines de mercadotecnia o selección de personal. Tras la ilusión inicial de reencontrase uno con su pasado y su propia historia y rodearse de personas de las que había perdido la pista -por algo será-, antiguos compañeros de colegio o familiares que viven a miles de kilómetros de distancia, las puertas de esta "amistad"  ideal se abren ahora bajo cualquier excusa y la información personal se airea sin tapujos. Cada vez más uno se siente no ya como un pez que nadaba libre en la mar salada, sino como un pescado capturado en las redes del ciberespacio
   

Hacen un uso muy generoso de la palabra amistad, que, según la Real Academia de la Lengua Española, es "afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato", que internet parece decidido a frivolizar y a devaluar.
   

Pero, ¿qué se puede esperar de estos supuestos amigos que tienen a otros cuatrocientos cincuenta y nueve contactos  -por decir un número cualquiera- en su lista? Por algo ha empezado a decirse ahora aquello de que alguien es más falso no ya que Judas, sino que un amigo de Facebook   o  de cualquier Red Social del entramado de la telaraña cibernética. ¿Me agregas? es el equivalente virtual del ¿Me quieres? de la novia formal de antaño o del ¿Me "ajuntas"? infantil.

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(poeticum est: es poético /
ut:  que / quisque homo: cada ser humano /
granulum suum arenae: su granito de arena / ponat: ponga /
quoad: hasta que / hic mundus: este mundo /
vastum desertum: un enorme desierto / fiat: se haga, se vuelva)

Juego idiomático de palabras, muy del gusto de Montt, con la expresión "poner un granito de arena". Si todos los hombres ponemos, en efecto,  "nuestro granito de arena", es decir, nuestra "insignificante" contribución, lograremos muy pronto...  que este mundo se convierta en un enorme desierto, lo que va camino de ser.
   
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(et: y / si: si / tu: / amicus: amigo /
meus: mío / imaginarius: imaginario / es: eres)

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(ego: yo / amice: amigo mío / deos graecos malo: prefiero a los dioses griegos /
quod: porque / si puellam futuere volebant: si querían tirarse a una chica /
illi ipsi: ellos mismos en persona / descendebant: descendían /
neque: y no / columbam: una paloma / mittebant: enviaban).

Comentario: En realidad no hay tanta diferencia, como sugiere Montt, entre los dioses griegos y el Dios cristiano. Según la teología cristiana, Dios en su epifanía de Espíritu Santo descendió transformado en paloma, sobre le virgen María, de la que concibió a su unigénito Jesucristo. Zeus, por su parte, adoptaba muchas metamorfosis o transformaciones para seducir a sus numerosas amantes: descendió transformado en cisne para seducir a Leda, en lluvia de oro a Dánae, en toro a Europa, en la figura de su esposo,  Anfitrión, a Alcmena, de la que concibió al gran Heracles, con el aspecto de Ártemis cazadora sedujo a la ninfa Calisto, e incluso en forma de águila al efebo Ganimedes. La diferencia, pues, más importante, entre uno y otro dios es la promiscuidad sexual del dios griego.
  

viernes, 23 de mayo de 2014

Plinio, un poema de Primo Levi.



 No me entretengáis, amigos, dejadme zarpar.
No iré muy lejos; sólo hasta la otra orilla;
Quiero examinar de cerca esa nube sombría
Que surge sobre el Vesubio y tiene forma de pino,
Descubrir de dónde procede esta extraña claridad.
¿No quieres venir conmigo, sobrino? Bien, quédate y estudia;
Pásame a limpio los apuntes que te dejé ayer. 
No debéis temer la ceniza: ceniza sobre ceniza.
Ceniza somos nosotros mismos, ¿no recordáis a Epicuro?
Rápido, preparad la nave, pues se hace ya de noche,
Noche a media tarde, portento antes nunca visto.
No temas, hermana, soy precavido y tengo experiencia,
Los años que me han encorvado no han pasado en vano.
Volveré pronto, sí, dame sólo la oportunidad
De navegar, observar los fenómenos y regresar,
De modo que pueda mañana sacar un capítulo nuevo
Para mis libros, que espero todavía pervivan
Cuando por los siglos los átomos de este viejo cuerpo mío
Se arremolinen sueltos en los torbellinos del universo
O reencarnen en un águila, en una doncella, en una flor.
Marineros, obedeced, empujad la nave al mar.


Erupción del Vesubio con la muerte de Plinio, Pierre Henri de Valenciennes 1813

El geógrafo, historiador y naturalista latino Gayo Plinio Cecilio Segundo, más conocido como Plinio el Viejo, a quien dedica Primo Levi este poema escrito en 1978, recogido en su libro Ad ora incerta, murió en el año 79 de nuestra era, en el transcurso de la erupción dle Vesubio que destruyó Pompeya y Herculano, de la que fue testigo y víctima de su curiosidad científica al acercarse demasiado al volcán para estudiar in situ el fenómeno.

sábado, 17 de mayo de 2014

Monstruos griegos invaden Nueva York


Los monstruos más terroríficos del bestiario de la mitología clásica griega han tomado Nueva York. Seres híbridos, no siempre bien comprendidos, que han inspirado a artistas de todos los tiempos y latitudes, a escritores como William Shakespeare, a pintores de la talla de Rubens, Caravaggio o Picasso, y que han fascinado y siguen fascinando a tantos niños y no tan niños con las historias que protagonizaron, en las que proyectan los temores y deseos más recónditos del alma humana, han recalado ahora en la ciudad de los rascacielos. 

El Grupo de Diseño Beetroot  (que es el nombre de la remolacha en la lengua del Imperio) se fundó en el año 2000 en Salónica, la segunda ciudad más importante de Grecia,  y agrupa desde entonces a varios creadores gráficos que se han formado en Grecia y en Gran Bretaña, y que han participado en numerosas campañas y exhibiciones. Hemos dado cuenta ya aquí de su exposición sobre Cavafis en Cavafis circulando por Atenas. Ahora presentan en los Estados Unidos su trabajo Greek monsters.




Si visitamos la exposición que tiene lugar en el atrio de la Olympic Tower en Manhattan, sede de la fundación Onassis neoyorquina, podemos encontrarnos hasta el mes de julio, con los siguientes monstruos que imitan a su modo las figuras rojas y negras de la cerámica griega:

Comenzando por arriba de izquierda a derecha hallamos al terrible portero del infierno, el perro de las tres cabezas o can Cérbero, que no deja entrar en el Hades a los vivos ni salir a los muertos, la imposible Quimera, que da nombre a nuestros sueños y pesadillas más enloquecidas, a la viperina Equidna, madre del perro de los infiernos, entrre otros, a la hidra de Lerna contra la que luchó infatigablemente Hércules cercenando sus múltiples cabezas, que se multiplicaban cada vez que cortaba una, como cuando nosotros intentamos solucionar un problema y nos surgen otros; y en la fila de abajo, también de izquierda a derecha, nos encontramos como Teseo en el laberinto con el terrible Minotauro, después con Pan, el fauno que toca la flauta y puede causarnos un temor tan grande que se convierte en pánico, como su nombre indica,  la terrorífica Medusa, que nos petrifica con su mirada y horroriza con sus cabellos que son serpientes, y las aves del lago Estínfalo, que preludian a su manera la pesadilla que Hitchcock llevó a la gran pantalla en su célebre Los pájaros.


Otro de los monstruos que nos espera es este gigante con un sólo ojo en la frente que todo lo ve, como el ojo panóptico de Dios o del Gran Hermano de Orwell, el cíclope Polifemo, el hijo del dios del mar,  al que el astuto Odiseo cegó y engañó diciéndole que se llamaba Nadie, y cuyos amores con la ninfa Galatea versificó nuestro Góngora.




De izquierda a derecha nos encontramos, en primer lugar, con los centauros, mitad hombres y mitad caballos, caracterizados por sus dos patas equinas y sus dos brazos humanos, que vivían en montes y bosques, se nutrían de carne cruda y tenían costumbres brutales. A continuación la terrible Esfinge de Tebas, que planteaba enigmas de difícil solución, matando a los caminates que no acertaban su solución, asolando así la región. En tercer lugar halamos a las auténticas sirenas, monstruos marinos, mitad mujer y mitad ave, que encantaban a los incautos marineros con su canto y su divina música atrayéndolos hacia la isla donde les daban la muerte. Sólo Orfeo fue capaz de competir con ellas cantando melodiosamente y lograr que los argonautas no sucumbieran a su hechizo y fascinación. Finalmente, nos encontramos a las terribles Escila y Caribdis, monstruos marinos que, al decir de los viejos lobos de mar en las tabernas, acechaban marineros y navegantes en el estrecho de Mesina: a un lado Escila, el monstruo marino que es una mujer cuyo cuerpo en su parte inferior está rodeado de perros feroces que devoran cuantos náufragos pasan a su alcance; del otro lado, Caribdis, la hija de la Tierra y del dios del mar, que mostraba tanta voracidad que tragaba todo lo que flotaba, incluso los barcos incautos que atravesaban el estrecho. Había un dicho en la Antigüedad para aludir a que una situación podía empeorar e ir de mal o peor, que era "ir de Escila a Caribdis", lo que según la imagen inspirada en la vida de Cristo, ir de Herodes a Pilatos.

También podemos encontrarnos con Pegaso, uno de los monstruos más célebres y amables de la mitología griega, el caballo alado que desempeña un papel tan importante en las leyendas de Perseo y, sobre todo, de Belerofonte.


jueves, 15 de mayo de 2014

La niña de Pompeya, poema de Primo Levi



Ya que la angustia de cada uno es la nuestra,
revivimos aún la tuya, muchacha descarnada,
que te has aferrado convulsivamente a tu madre,
como si quisieras volver a entrar en ella
cuando el cielo al mediodía se volvió negro.
En vano, porque el aire envenenado
se filtró en tu busca por las ventanas cerradas
de tu casa tranquila de robustas paredes,
contenta ya por tu canto y por tu tímida sonrisa.
Han pasado los siglos, la ceniza se ha petrificado
para aprisionar para siempre esos delicados miembros.
Así permaneces entre nosotros, retorcido molde de yeso,
agonía sin término, terrible testimonio
de lo que les importa a los dioses nuestra estirpe orgullosa.
Pero nada nos queda de tu hermana lejana,
la muchacha de Holanda emparedada entre cuatro paredes
que también escribió su juventud sin mañana.
Su ceniza, muda, se dispersó en el viento,
su breve vida encerrada en un cuaderno arrugado.
Nada queda de la niña de la escuela de Hiroshima,
sombra grabada en el muro por la luz de mil soles,
víctima sacrificada en el altar del miedo.
Poderosos de la tierra dueños de nuevos venenos,
tristes guardianes secretos del trueno definitivo,
nos bastan con mucho las penas que el cielo nos manda.
Antes de que el dedo apriete el botón, deteneos y pensad.

Primo levi, 20 de noviembre de 1978.

El poema de Primo Levi compara la muerte de la niña de Pompeya, que se aferra a su madre,  con la de aquella otra niña judía Ana Frank, que podría ser, sin serlo, la misma niña, víctima del terror nazi, y con la de aquella otra niña de Hiroshima, víctima del bombardeo norteamericano en la Segunda Guerra Mundial, para acabar haciendo el ruego a los poderosos de la Tierra de que, antes de apretar el botón, se paren a pensar y consideren lo que están haciendo. 

Os dejo este vídeo con la versión original del poema en italiano recitado por unos colegiales.





lunes, 12 de mayo de 2014

Pompeya, la película



Pompeya, la película dirigida por Paul W. S. Anderson (2014), es realmente una mala película y,  aun peor, pésima y deleznable imitación de Gladiator de Ridley Scott (2000), con un guión no sólo previsibe sino bastante deplorable que insulta la inteligencia de los espectadores; mezcla del más rancio peplum de las  películas de romanos  y del cine de catástrofes, el resultado es catastrófico en todas sus dimensiones. Lo mejor de la cinta, lo único,  si puede salvarse algo, es desde mi punto de vista la cita de Plinio con que se inicia la historia. Se trata de una frase estremecedora tomada de su crónica epistolar sobre la erupción del volcán, un auténtico reportaje periodístico avant la lettre, donde nos narra con todo lujo de detalles la tragedia de Pompeya y Herculano.

La frase reza en latín: erant qui metu mortis mortem precarentur (había quienes suplicaban la muerte por miedo a la muerte);  multi ad deos manus tollere (muchos alzaban las manos al cielo, a los dioses), plures nusquam iam deos ullos aeternamque illam et nouissimam noctem mundo interpretabantur (no pocos consideraban que ya no había dioses en ninguna parte y que aquella era la última y eterna noche del mundo).


 Erupción del Vesubio, óleo de William Turner

La cita recuerda a Lucrecio, que en el libro III de su enorme poema De rerum natura, hablando del suicidio, narra cómo los hombres temen  tanto la muerte que llegan a veces a darse muerte (letum, en el texto, de donde procede nuestro adjetivo "letal") para librarse precisamente de ese pánico, olvidando que era ese miedo la fuente de todos sus males:

et saepe usque adeo mortis formidine uitae
percipit humanos odium lucisque uidendae,
ut sibi consciscant maerenti pectore letum,
obliti fontem curarum hunc esse timorem 

...y hasta a las veces por miedo a la muerte un asco tan hondo
de vida a los hombres les entra y de ver el cielo tal odio,
que en negra congoja la muerte se dan, olvidados del todo
que de sus penas aquel miedo era la fuente y el pozo...
 (Lucrecio, Libro III, vv. 79-82).

La cita recuerda también a Lucrecio cuando al final del libro VI, narrando los desastres de la peste de Atenas, se dice que los hombres no le tenían ningún aprecio ni por la religión ni a la divinidad de los dioses:
 Nec iam religio, diuom nec numina magni
pendebant; tantus conduxerat omnia torpor
pectora; numina enim praesens dolor exsuperabat.

Ni ya religión, ni a divinidades mucho de aprecio
prestaban: tan gran estupor encogiera todos los pechos;
pues al temor de los dioses vencía el dolor del momento.
(Lucrecio, Libro VI, vv. 1276-1277, edición y traducción de A. García Calvo).  


Otro gran desastre de la humanidad, el terremoto que sacudió Lisboa, la capital de un país católico y devoto como era y es Portugal,  llevándose por delante a muchos miles de creyentes y destruyendo todas y cada una de las iglesias de la ciudad en 1755,  el 1 de noviembre, día de Todos los Santos, para más inri, le hizo decir a Voltaire que Dios ya no se ocupaba de los hombres.

jueves, 1 de mayo de 2014

Plan lector 4º de ESO: 9.- Prometeo y su buitre.

Seguimos con el plan lector de 4º de ESO, y dedicamos esta vez el poema objeto de nuestra lectura, que es un soneto para no variar, al titán Prometeo. El poema lo escribió don Miguel de Unamuno, uno de nuestros filósofos y escritores más importantes de la generación del 98, y,  aunque no se cita en él el nombre propio de Prometeo, este está latente en la primera persona que utiliza el poeta para hablar de su agonía. Tenéis que tener cuidado con esta palabra "agonía" que tanto utiliza Unamuno, porque la emplea con el significado etimológico griego de "lucha". (Una de sus obras más importantes se titula La agonía del cristianismo, donde la palabra tiene ese sentido).

Prometeo había creado a la humanidad y como su benefactor que era le regaló el fuego, símbolo de la civilización, después de robárselo a los dioses. Zeus castigó al género humano, hasta entonces constituido sólo por el sexo masculino,  enviándole a Pandora (su nombre significa todo-regalo), la primera mujer, que equivale a la Eva de la mitología judeo-cristiana, que abrió la famosa caja -en realidad tinaja- que contenía en su interior todos los males a excepción de la Esperanza, que por eso se dice que es lo último que se pierde y lo único que a veces nos queda, sembrando con ellos la Tierra.

Pero el soberano del Olimpo también castigó al rebelde Prometeo por su desobediencia encadenándolo a una roca del Cáucaso, y haciendo que un águila (o un buitre carroñero, según la versión que recoge Unamuno) le devorara el hígado, que se le regeneraba -y el hígado es nuestro único órgano que al parecer se regenera- para volver a ser devorado al día siguiente en una interminable sucesión de días y de noches.

 
Este buitre voraz de ceño torvo (1),
que me devora las entrañas fiero
y es mi único constante compañero,
labra mis penas con su pico corvo.

El día que le toque el postrer (2)  sorbo
apurar de mi negra sangre quiero
que me dejéis con él, solo y señero (3),
un momento, sin nadie como estorbo.

Pues quiero, triunfo haciendo mi agonía (4),
mientras él mi último despojo traga,
sorprender en sus ojos la sombría

mirada al ver la suerte que le amaga (5)
sin esta presa que satisfacía
el hambre atroz que nunca se le apaga.

(1) torvo: Dicho especialmente de la mirada: Fiera, espantosa, airada y terrible a la vista.
(2) postrer: (Apócope de postrero): Último en una lista o serie.  
(3) señero: Solo, solitario, separado de toda compañía.
(4) agonía: (En Unamuno) Lucha, contienda.
(5) amagar: Mostrar intención o disposición de hacer algo próxima o inmediatamente. Estar próximo a sobrevenir.



 En el soneto de Unamuno, el poeta habla de su sufrimiento,  un sufrimiento encarnado en el buitre que le "devora las entrañas fiero" y que es su "único compañero". El buitre, según la leyenda, devora las entrañas del titán Prometeo, que se le regeneran para volver a ser devoradas interminablemente, como hemos dicho. De alguna manera el buitre es insaciable. ¿Qué sucederá con el buitre si Prometeo, o Unamuno, el poeta, que es su alimento, muere? ¿Moriría también su dolor, su sufrimiento, su agonía? ¿Qué os parece? ¿Qué significa "triunfo haciendo mi agonía"?

Espero, como de costumbre, vuestros comentarios.